La hierba del Camp Nou o el Bernabéu crece en una idÃlica finca de Cáceres. La dueña de Tapiz Verde, que se formó con el gurú mundial del césped, asegura que es un negocio "muy duro".
"Es un negocio muy duro, se sufre una presión tremenda". Móvil en mano, MarÃa Cremades (43 años, Plasencia), no para de dar vueltas y vueltas mientras pisa con mimo pero sobre todo con pena el maltrecho césped del estadio Santiago Bernabéu en el arranque de esta temporada. TodavÃa sigue sin encontrar una explicación coherente. "El césped viene de Extremadura y le ha costado aclimatarse", explicó Emilio Butragueño, director de Relaciones Externas del Real Madrid tras las quejas públicas del porteroThibaut Courtois tras el partido de Champions ante el Leipzig el 15 de septiembre.
Se trataba de la primera crisis de reputación a la que se ha enfrentado en su gloriosa trayectoria la reina del césped, diez años de éxito y continuo crecimiento al frente de la empresa familiar, Tapiz Verde (30 empleados), la primera productora de tepes que hay en el mercado para campos de fútbol. Sólo este verano pasado, MarÃa venÃa de implantar su producto en 16 campos de España (Camp Nou, San Mamés, Ciudad de Valencia, Nuevo Mirandilla de Cádiz...) y en buena parte de Europa (Bélgica, Ciudad Deportiva del Milán, Lisboa, Oportuno, Madeira...). El año pasado otros 17. Ni un solo problema. Pero de repente, la angustia, la presión, las crÃticas... sobre todo en las redes sociales.
El 22 de agosto, uno tras otro, 20 camiones partieron desde la finca La Herguijuela, en las faldas del Parque Nacional de Monfragüe (Cáceres). Es un paraje idÃlico rodeado a ambos lados por los rÃos Tiétar y Tajo. Los cultivos tienen una capacidad de producción de hasta 100 hectáreas de césped (100 campos de fútbol). La cosecha se produce entre 9 y 12 meses después de la siembra y siempre por la noche para que la temperatura del césped esté por debajo de los 25 grados. "Se trata de un producto delicado y perecedero, un ser vivo, con todo lo que ello conlleva", explica MarÃa. En la explotación cuenta incluso con un taller mecánico. Ya camino de Madrid, el transporte va cargado de 8.000 metros cuadrados de tepes que van envueltos en 25 rollos. Viajan a una temperatura de entre 0 y 3 grados en el interior de los vehÃculos frigorÃficos.
"Todo lo hemos hecho igual, como siempre, aunque en agosto hemos llegado a tener 44 grados de temperatura en la finca", confiesa a LOC, aunque no cree que sea la razón fundamental de la mala evolución del césped. "No se observó ningún sÃntoma previo; no estuvo bajo de calor, ni la hoja estaba marchitada, ni la planta dejó de crecer, que son las caracterÃsticas que te pueden dar un aviso". Todo habÃa seguido el sistema habitual, que incluye sistemas punteros, con sensores de temperatura, drenaje, riego, sales, control de males hierbas, siega, niveles de altura y hasta selección de semillas ("cien por cien limpias", explica) que trae periódicamente desde Oregón (EEUU). Incluso ha incorporado a su equipo a un nutricionista italiano, Camillo de Beni, encargado de controlar y medir la temperatura del tepe, el nivel del agua... El verano pasado, el Real Madrid ya habÃa recurrido a ella con un excelente resultado. El césped fue una alfombra, un vergel.
Aunque su bisabuelo ya se dedicaba a la importación y distribución de maquinaria en España, el origen de la empresa se sitúa en 1989, cuando su padre, Miguel, agricultor e ingeniero de montes ya jubilado, decidió dejar de sembrar en la finca maÃz, tabaco y espárrago y pasar a cultivar césped natural. Siempre inquieto, habÃa descubierto el nuevo Dorado en uno de sus numerosos viajes a Estados Unidos, en concreto a Arizona, donde en una finca similar a la suya comprobó cómo el césped tenÃa gran salida comercial. Y se trajo a España la técnica pionera con tremendo éxito, no sólo para el fútbol. Incorporó máquinas de cosecha de Big Rolls y extendedoras de rollos para facilitar el manejo. También servirÃa para los campos de golf (entre sus clientes está Puerta de Hierro, Valderrama, La Moraleja...) o los jardines municipales de Madrid.
Elogiada por su trayectoria en el sector, a MarÃa, que estudió Derecho y Empresariales en Madrid y se habÃa casado a los 25 con un empleado de Banca en Madrid, su padre le pidió ayuda durante la anterior crisis económica y su vida dio un vuelco En 2012, tras la jubilación de su padre, se puso al frente de la empresa y lo primero que hizo fue formarse. Primero un máster en Málaga sobre diseño de terrenos deportivos. Luego, levantó el teléfono y llamó al mismÃsimo Paul Burguess, el gurú mundial de los céspedes, el gran head groundsman (jefe del terreno de juego) que revolucionó las técnicas de implantación de césped y por entonces trabajaba en el Real Madrid (luego ficharÃa por el Mónaco). Con el inglés pasó un año completo de prácticas.
Atrás quedan esas imágenes de los años 80, con campos embarrados, en los que el balón ni botaba, o el área pequeña de los porteros en la que sólo habÃa tierra. Era otro fútbol. Hoy esas condiciones han pasado a la historia y las repercusiones por el estado del césped, también. ¡Que se lo pregunten a ella!
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